Los medios de comunicación tienen un papel muy importante en la evolución del mundo. Ejercen una gran influencia que se ve reflejada en la cultura y los valores de la sociedad. Tienen demasiado calado como para quitarles importancia y verlos sólo desde un punto de vista económico y comercial.
Actualmente vivimos una realidad histórica a la que se ha puesto el nombre de globalización. Este es un proceso fundamentalmente económico que consiste en unificar todos los mercados nacionales y crear una única economía de mercado mundial. Se interconectan todos los países facilitando así el suministro de todo tipo de productos.
Aunque a veces se relaciona con organismos internacionales públicos, es un proceso autónomo que depende más del desarrollo del país que de otra cosa.
De aquí se pueden sacar conclusiones positivas y negativas, pues la mayoría de los países- por no decir todos- obran por su propio interés, sin pararse a pensar en el vecino. Ni falta hace decir que los países subdesarrollados son los más perjudicados.
La globalización abarca temas sociales del mundo entero, de ahí que se hable de aldea global. Los medios y demás producciones audiovisuales hacen posible que las naciones estén conectadas entre sí, son clave para la comunicación.
La diversidad de culturas que hace a este planeta tan enriquecedor se ve simplificada hasta el punto de que hay quien opina que terminarán desapareciendo muchas costumbres y peculiaridades de los distintos lugares y que el mundo entero será igual. De esta manera estamos creando una misma identidad para el mundo contemporáneo.
Pero el fenómeno de la globalización hay que contemplarlo desde muchos ámbitos para llegar a comprenderlo. Incluye economía, tecnología, cultura, derechos humanos y comunicación. Además plantea una nueva política para gestionar y gobernar las sociedades, teniendo en cuenta-en teoría- a cada nación y sus características.
Todo esto no debería implicar necesariamente una homogeneización cultural. Según estudios recientes, en este momento hay más diversidad que nunca. Pero no se puede negar el nacimiento de valores cosmopolitas y fenómenos de uniformidad cultural en algunos grupos sociales. Por otro lado sí que podemos hablar de una globalización en lo que a medios de comunicación se refiere, y que refuerza la identidad de la que hablamos en líneas anteriores. Los medios son utilizados como instrumento de control de la globalización incontrolada. Son los que construyen la nueva sociedad mundial. Este tema está dando mucho que hablar los últimos años.
En mi opinión la globalización no es ni buena ni mala, todo depende de cómo se enfoque, de la honradez de los gobernantes y de la solidaridad con los países más desfavorecidos.
Termino dejando una puerta abierta al problema que se plantea. El diálogo es el principal instrumento que deben utilizar las naciones. Se han de tener en cuenta las diferencias entre las culturas y actuar siempre desde el respeto. Es necesario crear instituciones que garanticen la democracia y que así haya control, colaboración y representación por parte de todas y cada una de las naciones. La reconstrucción de las instituciones ha de partir de los propios estados y de la sociedad civil, siendo esta última una expresión de las voluntades colectivas y proyectos de la sociedad.
La sociedad civil no tiene poder político, pero sí influye en las decisiones a través de los medios de comunicación.
En conclusión, la globalización hace necesario que haya un orden internacional, que se creen organismos e instituciones y que el mundo entero esté comunicado. Esto sólo se puede lograr mediante el diálogo con la sociedad y el respeto a las identidades culturales.
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